Gramática Babélica I

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AUDIO MICROBABEL | GRAMÁTICA BABÉLICA I





Gramática Babélica I
Edición Cyrano | 12 de junio de 2011
Macedonio Hernández 
MicroBabel




La la la…
[Spinetta-Paez]


Mire. Abrumado por el drama y el desasosiego que predican sobre el mundo los medios de difusión, esta noche, me gustaría pensar en tonterías. Una suerte de remanso, de recreo, de paciencia.

A ver a ver. Vamos a ver de oreja.
Babel es confusión. Bien. Tonces, pongamos un poco de confusión sobre esta mesa. Dicen que hay cuatro puntos cardinales. Bien. Vamos a repartir, siguiendo este orden cardinal, tres historias (una, dos, tres) y una normativa gramatical (cuatro). Tres historias tontas afectadas de gramática. Tres historias intrascendentes. Una ley gramatical. Hecho.

Hay algunas normativas insignificantes que producen mínimas confusiones intelectuales que, a su vez, se resuelven en yerros catastróficos para quienes abren la boca sin pensar.

Papelones. Tonterías.

Babel es confusión. Es verdad. Babel puede presentarse como el paradigma de la confusión.
Y la génesis de toda confusión universal puede reducirse a una confusión primaria que, por sus cualidades semánticas, bien puede postularse, y perdonen la grosería, como una soberana estupidez.

Tres historias intrascendentes y una ley que las contextualiza.

Primera historia.

Resulta que los augures de los Filos de Sofía ponderan la organización de las ciencias naturales a partir de cuatro sustancias elementales.
Dicha organización teorética se soporta en la tetralogía FUEGO, AGUA, TIERRA, AIRE.

Bien. El estudio de dichas sustancias elementales, organizadoras de la naturaleza del cosmos, condujo a los augures a predecir el fin del mundo. ¿Qué tal?
¿Qué han dicho estos muchachos? Cuchemos: “Violada y explotada hasta el hartazgo, La Tierra ha quedado estéril. Es así que la naturaleza ha perdido su útero. Luego, esto será el fin. Es el fin”.
Porque: “Si La Tierra es estéril, ni El Aire, ni El Agua, ni El Fuego podrán ya fertilizarla”.

Conclusión: “Entonces viejo, será el Fin del Mundo”.

Pero el fin del mundo no ha sido.
Y los augures se miran atónitos sin comprender cómo es posible que la naturaleza aún fecunde.

Segunda historia.

Jorge Moralina, un tipo que liga decente, ha dicho: “Cuando copulan el alma y el espíritu, repito, cuando copulan el alma y el espíritu no me subleva el tamaño del acto sexual. Bien saben todos que mi postura frente a los pormenores de la sexualidad es por demás progresista.

Pero cuando copulan el alma y el espíritu, nos dice el señor Moralina, me enerva tamaña aberración homosexual.
Dirán ustedes que soy homofóbico.
Pues sí, digan lo que quieran”.

Tercera historia.

Jacques Mate, fue un psicólogo autodidacta poslacraniano. En su Seminario más recordado, Jacques Mate, decostruyó el paradigma intitulado “El arma de fuego como objeto fálico”.
El arma, arquetipo de lo masculino, se representa como “un falo de fuego” en nuestra cultura.

Bien. Les pregunto: ¿Qué confusión hace de estas tres historias un papelón semántico?
¿Ya lo vieron? ¿O hace falta señalar?

Pues la respuesta a este juego de sonseras está en el cuarto punto cardinal de esta mesa.
Seores, en el Manual de la Nueva gramática de la lengua española, la Real Academia Española incluye una pequeña normativa que cito a continuación:

“Alternancia de formas en el artículo femenino”

“El femenino singular presenta dos VARIANTES (o ALOMORFOS): una, de distribución muy reducida, coincide fonológicamente con el masculino singular (el, un) y solo se usa ante sustantivos femeninos cuyo primer fonema es una /a/ tónica, lleven tilde o no: el agua, un alma, un área, el habla, un hacha, un hada”...

[Real Academia Española. Nueva gramática de la lengua española, Manual.
Buenos Aires: Espasa, 2010.]

Qué talco.
Resulta ser que “Agua”, “alma” y “arma” son sustantivos femeninos.
Confundidos por el desconocimiento de la norma, los augures no vieron el útero en el agua, Jorge Moralina no llegó a percibir la hembra erótica que es el alma y Jacques Mate no reparó en la sustancia femenina de un arma.

Si los augures hubiesen visto “Las aguas bajan turbias” en canal Volver; si Jorge Moralina hubiese reparado en “las almas en pena”; si Jacques Mate hubiese recordado que a “las armas las carga el diablo”…

“Solo la la la”, cantan el flaco Spinetta y Pito Faez.
Cuánto discurso al sinsentido, cuánta estupidez sosteniendo nada…

Moralexa: Hay un permanente apocalipsis impuesto sobre nuestra existencia desde los cuatro puntos cardinales del mundo mediático. Vivimos abrumados bajo el peso de sus monumentales torres de Babel.

Tal vez, si nos detenemos un instante a mirar, esas monumentales torres de confusión se vuelvan pequeños ladrillos en un muro o mínimos granos de arena en la palma de nuestra mano.

Y quién sabe, y así concluyo este micro, hasta podríamos descubrir que los cuatro puntos cardinales son seis.







B   A   B   E   L   B   A   B   E   L
el que lo encuentra es bara él









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