MICROMISTERIOS MACEDONIANOS | 20

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UniF
La Biblioteca Fabularia
TEATRO DE CUENTOS / ACTO 44 / ESCENA 20
 Misterios, Tusterios, Nuestrosterios

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RECORDAR EL ÚLTIMO
RECORDAR EL PRÓXIMO




Estigmados habitantes de Edición Cyrano, sean buenas noches para ustedes.
Doy cuenta del lugar desde el cual modula este movilero. Heme aquí: Avenida Belgrano y Bajada Sargento Cabral. Para más precisión: Sentado en el perímetro de la fuente y con serias intenciones de meter patas en el agua. Mas el pudor me contiene.

Estigmados oyentes. Tengo en mis manos algunas notas que refieren a ciertos misterios que ocupan mi pensamiento por estos días.
Mientras hablo inicio el caminar hacia la radio. Ya estoy andando y tal acto promueve el primer disloque pues, estoy “subiendo” por la “Bajada Sargento Cabral”.
Subiendo la bajada. En fin, razones del municipio que no alcanzo a comprender.

Mejor sigamos. Vamos a recordar los últimos misterios del 2010 para luego recordar los próximos. Recordar el último para recordar el próximo. De eso trata el misterio pues recuerden que “recordar”, es volver a pasar por el corazón.

Recordar la última Navidad. Parece fácil. Recuerden ustedes la última Navidad celebrada. Veamos. ¿Fue hace una semana? No sé. Según los afiches de propaganda que todavía ornamentan las paredes a mi paso, la sociedad rosarina no celebró la Navidad sino la Nochebuena del Gordo y la flaca.

Ocurre que el gordo y la flaca quitaron de nuestra práctica cultural el recuerdo de la Navidad, que era la conmemoración del nacimiento de un niño. ¿Recuerdan aquellos tiempos?
La cuestión es que ya no hay regalos cuando el sol del 25 viene asomando. Ahora, en lugar de regalar, “compramos” cosas para intercambiar a medianoche, entre petardos y alcohol. Compramos objetos que nos fueron vendidos por la publicidad de mercado del gordo y la flaca. Y nosotros perdimos el sentido. Pasa que el gordo tiene mucho marketing. A tal punto que se engulló también a la pobre flaca.
Si pregunto a ustedes quién es el gordo, la respuesta es obvia: El gordo es “Papá Noel”.
Hombre embanderado de color rojo y blanco y galardonado con estrellas de éxito. Veamos el poder que ejerce este tipo sobre nuestro imaginario ¿Qué bandera viene a vuestra mente que contenga estas premisas? A ver, rayas rojas y blancas con estrellas que incrementan su número año tras año en señal de triunfo.
No piensen demasiado: Seguro que la bandera que viene a nuestra mente es la bandera de Es…tudiantes de La Plata.

Bien, el gordo Papá Noel es un triunfador. Ha borrado del mapa de los recuerdos al Niño Dios. Pero también anuló a la mujer que supo ser su compañera de tradiciones. Me refiero a La Flaca. ¿Quién era la flaca que lo acompañaba en sus periplos calendarios? La flaca era una santa. Pero la santa también fue fagocitada por Papá Noel. A tal punto que hoy, y pese a la aberración semántica, ya es homónimo del gordo. Pues aquella santa no era otra que Santa Claus. La flaca, La Santa Claus.

Pasemos a recordar el último fin de año. ¿No sienten ya que el 2010 terminó hace mucho tiempo?

No hay gran misterio en esto. Ocurre que nos hemos acostumbrado más a pensar en “el fin de las cosas” que en “el principio”. Recordemos. Hasta hace unos días sólo nos preparábamos para el fin de año. “Que llega el fin de año”. “Que qué vas a hacer para fin de año”. “Que dónde vas a pasar el fin de año”. Y cuando llegó el fin de año: ping. Ya fue. Se terminó. Y muchos nos quedamos vacíos como diciendo ¿y ahora qué? Acostumbrados al fin.
Al fin de año. Al fin del mundo. Al fin de la historia. Al fin de los tiempos. Vacíos.
No logramos percibir el principio que sigue a todo fin. No percibimos el principio del año, ni el principio del mundo, ni el principio de la historia, ni el principio del tiempo.
De tanto “fin” nos quedamos sin principios.

¿Qué pasaría si al recordar el último también recordamos el próximo?

Juguemos en el bosque. Recordemos ahora algunas próximas cosas.
Enero. En algunos días, los Reyes Magos: ¿se acuerdan de los Reyes Magos?
Hasta ellos ha llegado el poder del gordo rojiblanco. Sus discursos mediáticos han transformado a Melchor, Gaspar y Baltasar, tres representantes del Medio Oriente Histórico en Melchorro, Garpar y Va-al-transar.
La ideología que sustenta el gordo cocacolero nos presenta a estos tres tipos como potenciales terroristas islámicos: Malhechor, Garcar y Va-a-asaltar.
Y nosotros, fieles seguidores de occidente, ya ni siquiera dejamos un puñado de pasto y agua para los pobres camellos que llegan de Oriente.

Sigamos recordando algunas próximas cosas. Febrero. En febrero, algunos viejos sobrevivientes, todavía nos seguiremos reuniendo en el club del barrio para intercambiar libros del verano y tomar unos vinos. Juntando moneditas brindaremos con un Don Valentín Lacrado.
Pero algunas costumbres van cambiando. La generación de nuestros hijos ya no se reunirá en febrero en los clubes de barrio. Las nuevas generaciones no intercambian los libros del verano. Las nuevas generaciones han reemplazado a Don Valentín por la lacra de San Valentín. Y en lugar del amoroso vino del encuentro saldrán a comprar corazones de plástico para honrar al amor del consumo.

Recordar es volver a pasar por el corazón. Por el corazón pasa el pasado. Pero también podría pasar el presente y el futuro. Recordemos el último, pero también recordemos el próximo. Para terminar, siguiendo esta propuesta, les recuerdo un libro de Manuel Cofiño López que a lo mejor no han leído. Les dejo su título: “La última mujer y el próximo combate”.

Amigos del alma, Lo que acontece no devela los misterios del mundo.
Lo que acontece es, apenas, un indicio de nuestro misterio en el mundo.

Un saludo, una reverencia.





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EDICIÓN CYRANO


Cuentan que el fin del mundo ocurrirá
cuando la razón ilumine el último de los misterios
que han dado sentido a la humanidad.

Dicen que Macedonio Hernández
anda tras esos misterios
que aún resisten en el alma de las ciudades.

Algunos creen que
intenta preservar el mundo de su ocaso.
Otros, que está apurando su final.


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